Las caídas constituyen uno de los problemas de seguridad más frecuentes para los ancianos, siendo, a menudo, necesaria la hospitalización, rehabilitación o cuidado prolongados
Aproximadamente el 30% de los adultos mayores que viven independientes en sus hogares se caen al menos una vez al año. En el 5% de estas caídas se generan fracturas de las cuales el 15% corresponden a fracturas de caderas. Estas son mas frecuentes en aquellos sobre 80 años, así lo indica la directora de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, Mónica Canales, haciendo un llamado a prevenir este tipo de accidentes en nuestros ancianos.
Los cambios fisiológicos que se producen durante el proceso de envejecimiento aumentan el riesgo de usuario de sufrir caídas y otro tipo de accidentes. Las estadísticas arrojan que estos son más proclives a las caídas en el dormitorio, cuarto de baño y cocina.
Mónica Canales explica que los adultos mayores en riesgo de caídas presentan los rasgos fáciles de identificar para su entorno como antecedentes de caídas, trastornos de la marcha, en especial arrastrar los pies; hipotensión ortoestática. Que es una baja de presión cuando la persona ha estado un periodo de tiempo de pie; pérdida de fuerza de las extremidades inferiores, diversas discapacidades o uso de factores auxiliares como bastón, silla de ruedas, etc.
Los factores de riesgo suponen amenazas para la seguridad individual, entre los que se encuentran:
- Deterioro de la movilidad. Causado por la debilidad muscular, artritis, parálisis o mala coordinación y equilibrio.
- Deterioro sensorial o comunicativo: deterioro visual, auditivo, táctil o comunicativo como la afasia o alguna barrera lingüística que impide que el usuario pueda percibir algún riesgo potencial o expresar su necesidad de ayuda.
- Falta de percepción de la seguridad: algunos usuarios no son conscientes de las precauciones de seguridad.
Los riesgos ambientales también deben ser considerados.
En el interior del hogar se suelen producir caídas al realizar traslados desde camas a sillas e inodoros, al entrar o salir de la bañera, al tropezar con bordes de alfombras, cables eléctricos o umbrales de las puertas. También al resbalar en superficies mojadas y subir o bajar peldaños y escaleras. En lugares con iluminación insuficiente, escaleras o aceras en mal estado. O por el uso de zapatos mal reparados con suelas deslizantes.
Las caídas en el exterior pueden responder a la presencia de obstáculos en el camino de deambulación en el jardín o patio.
Sin embargo lo que más hay que tener en cuenta son las consecuencias de las caídas, de acuerdo a la académica de la Universidad Andrés Bello los ancianos quedan con un temor mayor a sufrir otra caída, lo cual puede ocasionar depresión e incluso disminución de la calidad de vida. También está la posibilidad de una lesión debilitante que limita la movilidad e independencia.
Otras secuelas pueden ser:
- Debilidad muscular de abductores de la cadera, flexores y extensores de la rodilla y dorsiflexores del tobillo.
- Disminución del equilibrio.
- Anormalidad en la marcha.
- Tiempo de reacción prolongado.
- Muerte.
Tanto el entorno como el mismo adulto mayor debe tomar prevenciones para evitar las caídas, así se recomienda lo siguiente:
- Prevenir los factores de riesgo individuales.
- Eliminar los peligros del entorno y establecer un camino despejado dentro de la casa y habitación.
- Cambiar lentamente de posición, especialmente al levantarse en las mañanas.
- Agarrarse del mobiliario en caso de necesidad.
- Intervenciones simples como reordenar los muebles para dejar el camino libre hacia el baño, dormitorio o instalar una luz nocturna en ellos.
- Mantener la movilidad de las personas mediante ejercicios y dispositivos auxiliares.
- Instruir sobre la utilización adecuada de bastones, andadores y silla de ruedas.
- Evaluar la idoneidad del calzado para asegurarse que sea cómodo, antiderrapante y firme.
Fuente: http://www.chile.com
16/03/2009
Aproximadamente el 30% de los adultos mayores que viven independientes en sus hogares se caen al menos una vez al año. En el 5% de estas caídas se generan fracturas de las cuales el 15% corresponden a fracturas de caderas. Estas son mas frecuentes en aquellos sobre 80 años, así lo indica la directora de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, Mónica Canales, haciendo un llamado a prevenir este tipo de accidentes en nuestros ancianos.
Los cambios fisiológicos que se producen durante el proceso de envejecimiento aumentan el riesgo de usuario de sufrir caídas y otro tipo de accidentes. Las estadísticas arrojan que estos son más proclives a las caídas en el dormitorio, cuarto de baño y cocina.
Mónica Canales explica que los adultos mayores en riesgo de caídas presentan los rasgos fáciles de identificar para su entorno como antecedentes de caídas, trastornos de la marcha, en especial arrastrar los pies; hipotensión ortoestática. Que es una baja de presión cuando la persona ha estado un periodo de tiempo de pie; pérdida de fuerza de las extremidades inferiores, diversas discapacidades o uso de factores auxiliares como bastón, silla de ruedas, etc.
Los factores de riesgo suponen amenazas para la seguridad individual, entre los que se encuentran:
- Deterioro de la movilidad. Causado por la debilidad muscular, artritis, parálisis o mala coordinación y equilibrio.
- Deterioro sensorial o comunicativo: deterioro visual, auditivo, táctil o comunicativo como la afasia o alguna barrera lingüística que impide que el usuario pueda percibir algún riesgo potencial o expresar su necesidad de ayuda.
- Falta de percepción de la seguridad: algunos usuarios no son conscientes de las precauciones de seguridad.
Los riesgos ambientales también deben ser considerados.
En el interior del hogar se suelen producir caídas al realizar traslados desde camas a sillas e inodoros, al entrar o salir de la bañera, al tropezar con bordes de alfombras, cables eléctricos o umbrales de las puertas. También al resbalar en superficies mojadas y subir o bajar peldaños y escaleras. En lugares con iluminación insuficiente, escaleras o aceras en mal estado. O por el uso de zapatos mal reparados con suelas deslizantes.
Las caídas en el exterior pueden responder a la presencia de obstáculos en el camino de deambulación en el jardín o patio.
Sin embargo lo que más hay que tener en cuenta son las consecuencias de las caídas, de acuerdo a la académica de la Universidad Andrés Bello los ancianos quedan con un temor mayor a sufrir otra caída, lo cual puede ocasionar depresión e incluso disminución de la calidad de vida. También está la posibilidad de una lesión debilitante que limita la movilidad e independencia.
Otras secuelas pueden ser:
- Debilidad muscular de abductores de la cadera, flexores y extensores de la rodilla y dorsiflexores del tobillo.
- Disminución del equilibrio.
- Anormalidad en la marcha.
- Tiempo de reacción prolongado.
- Muerte.
Tanto el entorno como el mismo adulto mayor debe tomar prevenciones para evitar las caídas, así se recomienda lo siguiente:
- Prevenir los factores de riesgo individuales.
- Eliminar los peligros del entorno y establecer un camino despejado dentro de la casa y habitación.
- Cambiar lentamente de posición, especialmente al levantarse en las mañanas.
- Agarrarse del mobiliario en caso de necesidad.
- Intervenciones simples como reordenar los muebles para dejar el camino libre hacia el baño, dormitorio o instalar una luz nocturna en ellos.
- Mantener la movilidad de las personas mediante ejercicios y dispositivos auxiliares.
- Instruir sobre la utilización adecuada de bastones, andadores y silla de ruedas.
- Evaluar la idoneidad del calzado para asegurarse que sea cómodo, antiderrapante y firme.
Fuente: http://www.chile.com
16/03/2009
Prevenir las caidas en los ancianos es muy importante teniendo en cuenta la gravedad de las mismas si llegaran a presentarse.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Lucas, es muy importante la prevención, ya que el coste de salud y económico de las consecuencias de estas caídas son muy graves. Gracias por animarte a participar y comentar. UN saludo
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